sábado, 24 de noviembre de 2018

EL MICRORRELATO Y EL ARTE INTEGRADO

El efecto disparador del microrrelato es indiscutible y sus alcances rayan lo mágico. En el taller CONVITE se reúnen talentos varios que hacen de lo textil un arte contemplativo para algunos y sanador para otros, o todos los adjetivos implicados para enaltecer el arte. Ahí conviven las texturas y las técnicas saliéndose de la tangente para crear.
El microrrelato entró por esos ojos curiosos y anidó en cabezas y corazones de algunas de sus artistas: María Laura Ratto, Sandra Correa y Daniela Lucero. Me cuentan, porque saben, que se trata de fieltro agujereado con el cuerpo de tela bordado.
La técnica recibe el nombre de assamblage, es una instalación que se inspira y se desprende del microrrelato.
Ya sabemos que el micro tiene la particularidad de llevar de la mano al lector para luego soltarlo y dejarlo volar. Volaron alto estas mujeres, por cierto.
Además de mi ensimismamiento al recorrer la muestra, de la cual esta es un minúscula porción, mi agradecimiento por esta actividad de arte integrado que enriquece la cultura de nuestra gente, con diversas manifestaciones artísticas encontrando puntos en común y sentimientos afines.
Vale entonces felicitar y agradecer a las hacedoras de CONVITE,  Buby Sánchez y María Benita Rodríguez, quienes llevan adelante este taller tan versátil y motivador. No es la primera vez que coincidimos en esto de hacer algo con el arte que nos impulsa por la vida, un gran gusto para mí por el don de gente y el talento que las caracteriza.
Esto es Paysandú, Uruguay, a la orilla del río de los pájaros pintados.
¡Mil gracias, chicas! ¡Larga vida al arte integrado!