Después de 12 años sin publicar, le llegó el turno a un nuevo poemario: La Risa de Chronos. Y conociéndome, ya algunos creyeron que se trataba de poesía de humor.
Quizá sí y quizá no. Tiene un maravilloso prólogo del amigo y admirado escritor colombiano Carlos Augusto Pereyra, a quien luego de escribir este post seguro paso a saludar por su blog La joroba del Camello, que da fe de la ambigüedad del libro si hablamos de humor o qué.
Qué puedo sintetizar del prólogo sin quitarle su encanto, nada. Habrá que leerlo. Y agradecidísima al amigo, también, porque a raíz de esta publicación tuvo a bien llamarme por teléfono, por primera vez pudimos conversar luego de 18 años de intercambios letrados por aquí y por alguna red social. Resulta que teníamos el libro del otro en cada biblioteca personal, pero no nos conocíamos la voz.
La Risa de Chronos no conoció el papel por unos cuantos motivos:
1- Amigabilidad hacia el medio ambiente.
2- Porque soy lectora de libros digitales desde hace varios años.
3- Porque los destinatarios son lectores de diferentes países que desde hace años me hacen saber que les simpatizo como poeta.
Tanto por mi actividad en blog, como mi trabajo en la revista Encima de la Niebla, de Madrid, dirigida por Felipe Espílez Murciano, he tenido la bendición de extender mi objetivo a personas de habla hispana que ni siquiera han estado alguna vez en Uruguay , ni tampoco en Paysandú, mi ciudad.
Como co-administradora de la Biblioteca Uruguaya del Grand Montréal, y especialmente por la generosidad de mis compañeros Luis, Andrea y Mirian, desde hace un año estoy compartiendo mis letras con el grupo de Facebook que se ha unido a ella. Todos amigos de la cultura uruguaya ¿Algo mejor?

Volviendo al libro, y en cuanto a su belleza, la portada le pertenece al artista plástico Fernando Irecio, también uruguayo, con quien frecuento a menudo desde hace 13 años (yo sí recuerdo las fechas, él no tanto). Fernando me ilustra la vida, o sea el libro quedó incluido.
Y por supuesto tuve una genial editora, Carolina Neighbour Toltoiv, muy profesional, a quien tengo ocupada de nuevo para reeditar el anterior: Vestida para salir. (Ya sabía yo que si salía de la cueva, salía con todo).
Esta vez no hubo presentación, ni vino, ni recital de poesía como con los demás. Uno va cambiando. El propio poemario, a los más intuitivos, les muestra una diferencia entre los poemas de antes de la pandemia, y los de después. ¿O acaso hay alguien que no cambie después de algo así?
Pues yo he cambiado al máximo, y que se note.
Agradecida a la Vida y a todas estas personas con quienes traigo pactos desde el nacer, me despido con algunos de los poemas del libro:
tiempo
para pensar
puede
ser que la Poesía
sea
la ilegítima hija de Chronos
o
su
amor platónico
el
rastro de su aliento
la
piedra fundamental
sin
embargo la seguimos buscando
en
la tostada del desayuno
mientras
algún
amor
nos recuerda
que
se hace tarde
para
alcanzar el bus
risa
constante
he
llegado a creerlo
somos
risa constante
en
esta cinta corrediza
de
vez en cuando carcajada
explosión
de amor
tintura
de emoción
hipo
ansioso / jadeante
corre
la cinta
la
monotonía de la risa
crea
el silencio
sobran
los versos para explicarlo.
Lucía Borsani / La Risa de Chronos
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