miércoles, 18 de mayo de 2011

DOS COLAS Y UN VISTO BUENO

Como todos los hermanos, se pelean y se besan, se amenazan a gruñidos y se tienden la pata. Seguramente algo de memoria les queda para recordar los días de interminables lluvias y el sueño del techo propio, o más aún, de la familia propia. Juntos en las desgracias, juntos en la buenaventura. Al morocho Rómulo, todavía lo llama la calle como un escenario de aventuras en tercera dimensión. A Remo el rubio, lo conmueve la caricia de quien ahora es su dueña y todo lo demás se vuelve secundario. Bueno es este momento para reconocer que pasé varios días para hacerme su amiga, alimento mediante, y que logré que me aceptaran como parte de su familia. Era yo quien los espiaba desde la esquina, a sabiendas que esas acciones traerían cola. O colas, que me esperan en un baile intenso de alegría a cada llegada, peligrosa de amores.
De vez en cuando a los humanos nos hace bien conseguir que un perro nos dé el visto bueno...

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. por qué no decis que el rubio ama las pantuflas de tu madre??? el otro solo aulla 23 horas por día...

    que valores, falta la orejas de vampiro...

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  3. Como todos los animales, me gustan en su hábitat natural, permite que no comente, aunque reconozco la belleza de tus letras para homenajear a tus mascotas.
    Un abrazo.

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