sábado, 26 de octubre de 2013

VUELVE LOCAPORLALUNA


Como si fuera un personaje varón de otra época, reté a las musas a encontrarse conmigo pasada la medianoche, sin importar la fase de la luna, ni su condición de anfitriona o gran ausente a este duelo caballeroso.
Poco importa para el escriba el qué dirán, más bien el qué leerán.
Y es así que las muy escurridizas llegaron haciéndose las gallitas, soltando palabras sin puntuación ni vergüenza como si en todo este tiempo nada hubiera pasado.
Escoba, como siempre, masculló frases incongruentes, casi un ronroneo molesto, dándome a entender que le molestan las musas que obligan a trabajar. 

Comenzó el vuelo, primero rasante, luego tomando altura con el destino inevitable de la otra palma de la luna.
Pero vaya sorpresa, esta vez la Señora Nocturna nos recibió -malhumor mediante- con cara oculta de pocos amigos y más que palma abierta la suya fue puño cerrado. Tanto que de un solo golpe nos derivó otra vez a este escritorio de escritora, sirva la redundancia. Pensé: "Más le valdría a la luna asesorarse sobre cómo recibir a quien regresa de su cueva, a puro reproche no va a llegar a ningún cuarto."
Y las musas, todas unas maleducadas, se retiraron riendo, con esas carcajadas verborrágicas de las que no se saca nada en limpio.
Mientras todo eso sucedía, una pequeña luciérnaga ofrecía "GUARDAR", guiñando una especie de ojo como para suavizar el momento.
Misión incumplida, corazón expectante, letra en sus marcas, listos....